Lorena, la pistolera

La siguiente historia es una obra de ficción. Los personajes, situaciones y lugares narrados no existen, ni existieron, ni existirán jamás. O al menos eso les voy a hacer creer. Cualquier coincidencia o semejanza con la realidad se debe a mi falta de imaginación.

Lorena, la pistolera

I

«Me verás volar por la ciudad de la furia.
Donde nadie sabe de mí,
y yo soy parte de todos.»
La ciudad de la furia – Soda Stereo

Su nombre es Lorena y estoy enamorado de ella. Y mientras la veo cargar su arma una y otra vez, pienso que por ella voy a ser capaz de todo. Matar incluso, si llegase a ser preciso. En este momento me mira y me sonríe; sé que es mi corazón el que habla y no mi cabeza, pero también veo amor en esa sonrisa. Más allá esta Migue; no sé si presencia es una ayuda o una molestia, pero no deja de meterse entre Lorena y yo desde que llegó, hace dos días. A Lorena la conocí un día antes. Esta es la historia.

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Published in: on 23 May 2008 at 0:24  Comments (18)  

Hoy tengo ganas de escuchar… Black Sabbath

Hace un tiempo empecé con la Santísima Trinidad del Rocanrrol. Ya pasaron por esta casa Led Zeppelin, Deep Purple y ahora es el turno de Ozzy y su legendaria banda. Todos aquellos a los que no gusta el metal sabemos que fue Black Sabbath el que comenzó con la movida, y seguramente el tema «Iron Man» tuvo mucho que ver. Disfruten del video original del tema, con un jovensísimo Ozzy (nada que ver con el viejo arrugado de Los Osbourne) y toda la psicodelia de los gloriosos 70´s.

Published in: on 16 May 2008 at 12:52  Comments (19)  

El Eternauta

Era de madrugada, apenas las tres. No había ninguna luz en las casas de la vecindad: la ventana de mi cuarto de trabajo era la única iluminada. Hacía frío, pero a veces me gusta trabajar con la ventana abierta: mirar las estrellas descansa y apacigua el ánimo, como si uno escuchara una melodía muy vieja y muy querida. El único rumor que turbaba el silencio era el leve rozar de la pluma sobre el papel. De pronto…

«¿Y eso?»

De pronto un crujido. Un crujido en la silla enfrente mio, la silla que siempre ocupan los que vienen a charlar conmigo.

«Qué ruido más raro… Crujió igual como si alguien se hubiera sentado…»

-Pero…

(Una figura comienza a materializarse en la silla frente al escritor. Al principio transparente, va tomando consistencia hasta que aparece un hombre sentado en la silla.)

-Es como para creer en fantasmas…

Pero no, aquel hombre no tenía nada de fantasmal… Aquellas manos de piel algo rugosa, con las venas netamente marcadas, eran bien reales, bien de este mundo. También la ropa que vestía era algo concreto, tangible. Aunque de un material como nunca vi; no se parecía ni a la lana ni al algodón, ni al nylon ni a ningún otro plástico. Alcé los ojos, y mi mirada encontró la suya. Apartó los ojos, y por un momento miró los muebles, los libros, las fotos en la pared.

-Estoy en la Tierra, supongo…

No atiné a contestarle. Tan extraña había sido su aparición. Pero volvió a mirarme y no sé porque me sentí raramente reconfortado. No he visto nunca mirada semejante. La mirada de un hombre que había visto tanto que había llegado a comprenderlo todo.

-No necesitas contestarme, ya sé que estoy en la Tierra. A mitad del siglo XX, alrededor de 1957.

Esto último lo dijo mirando los libros sobre la mesa. Y las revistas: había un magazine de actualidad con la foto de Krushchev en la tapa.

-Veo que escribes mucho… ¿Qué haces?
-Este… soy guionista… guionista de historietas…
-Guionista de historietas… esto sí que es una casualidad… Entre tantas otras casas, venir a dar justamente con esta…
-Este… ¿quién eres tú?
-Hum… no es fácil contestar esa pregunta… Podría darte centenares de nombres. Y no te mentiría: todos han sido míos. Pero quizá el que te resulte más comprensible sea el que me puso una especie de filósofo, de fines del siglo XXI… el «Eternauta» me llamó él… para explicar en una sola palabra mi condición de navegante del tiempo, de viajero de la eternidad. MI triste y desolada condición de peregrino de los siglos. He tenido suerte al llegar aquí… presiento que, después de tanto tiempo podré descansar un poco… ¿Me darás un lugar, verdad? No necesito otra cosa que un rincón para reponerme… porque estoy cansado, terriblemente cansado. Y necesito descansar para poder seguir buscando… Porque eso es lo que hago siempre, buscar, buscar, buscar…

Había ahora angustia en la voz de antes tan serena. Pero mis pensamientos estaban concentrados en el problema que se me presentaba. Mi casa es pequeña, y no tengo lugar para huéspedes.

-Sé lo que estás pensando. Antes de rechazarme, antes de decirme que no, déjame contarte mi historia. Cuando te la cuente, todo se te explicará, incluso esta extraña forma mía de aparecer. Y estoy seguro que querrás ayudarme… Escucha…

Escuché; todo el resto de aquella noche no hice otra cosa que escuchar. Tal como él lo dijo, cuando concluyó ya todo estaba claro. Tan claro como para llenarme de pavor. Tan claro como para sentir por él una enorme piedad. Pero no adelantaré nada: ¡Quiero dar a conocer la historia del Eternauta tal como él me la contó!

El Eternauta
Hector G. Oesterheld
Solano López

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Published in: on 6 May 2008 at 21:20  Comments (25)  

La ley de Murphy

La Ley de Murphy es una forma de explicar los infortunios de todo tipo de ámbitos, que a grandes rasgos se basa en la frase «Si algo puede salir mal, saldrá mal» («If anything can go wrong, it will»), y se puede utilizar en todo tipo de situación, desde la vida cotidiana, hasta las situaciones más importantes.

En el número del 3 de marzo de 1978 de ‘The Desert Wings‘ se recoge la versión más contrastada, según la cual, la famosa máxima nació en la Base de Edwards de la USAF en 1949. Fue acuñada a raíz del trabajo del capitán Edward A. Murphy, un ingeniero que trabajaba en el proyecto MX981, que pretendía cuantificar la deceleración que podría soportar una persona en caso de accidente. Un día, revisando una de las pruebas, encontró un transductor mal conectado y, refiriéndose al técnico responsable, sentenció: If there is any way to do it wrong, he’ll find it (Si existe alguna manera de hacerlo mal, él la encontrará). El Jefe de Proyecto, que mantenía una lista de «Leyes» cachondas, incluyó esta frase como Ley de Murphy. Poco después, el Doctor John Paul Stapp, mencionaba su firme creencia en la Ley de Murphy y en la necesidad de evitarla, como uno de sus acicates en la consecución de un nuevo record con 40 G en una de estas pruebas de deceleración. Los fabricantes de la industria aeroespacial la utilizaron con profusión en publicaciones y revistas especializadas los meses siguientes. Después de esto comenzaron a proliferar otras leyes como las de Nichols, debidas a George E. Nichols, jefe de proyecto en Northrop. La cuarta ley de Nichols dice: Avoid any action with an unacceptable outcome (Evite cualquier acción con un resultado inaceptable). El propio Doctor John P. Stapp acuñó la que se conoce como la paradoja irónica de Stapp, que dice: The universal aptitude for ineptitude makes any human accomplishment an incredible miracle (La aptitud universal para la ineptitud hace cualquier logro humano un milagro increíble).

La ley de Murphy y sus corolarios dieron lugar a cientos de nuevas leyes aplicables a todo tipo de situaciones laborales, sociales y familiares. A continuación tan sólo algunas de ellas:

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Published in: on 2 May 2008 at 1:13  Comments (17)